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Rocas metamórficas – I parte


Tienen su origen en otras rocas preexistentes.

Estas pueden ser ígneas, sedimentarias u otras metamórficas que al sufrir temperatura, presión y otros procesos cambian su forma, estructura y hasta composición química.

Al metamorfismo se lo define como un proceso de acomodación mineralógica y estructural de las rocas sólidas a nuevas condiciones fisico-químicas.

Estas condiciones son necesariamente distintas a las de su génesis y, los factores que inciden para el cambio son denominados controles.

Los controles más importantes son la temperatura y la presión.

La temperatura se manifiesta de varias maneras, las más comunes son aquellas derivadas de la actividad magmáticas tales como la inyección de fluidos o el contacto directo.

También es importante el aumento de temperatura asociado a la profundidad. Recordemos que debido al gradiente geotérmico a 20 Km. podemos tener hasta 450 ºC.

También la fricción producida por procesos de acomodación en la corteza, fallas estructurales por ejemplo, produce cambios en las rocas.

En cuanto a la presión podemos decir que se manifiesta como litostática o como stress.
La primera actúa en todas direcciones y puede llegar a generar desde 200 a 300 bars por Km. de profundidad.

El stress es una presión dirigida, es decir que la fuerza se manifiesta en un sentido determinado.
Con todo esto se ha podido estudiar y clasificar distintos tipos de metamorfismo tal como detallamos a continuación:

a) De contacto o térmico
b) Dinámico
c) Regional

Metamorfismo de contacto

Se produce en zonas aledañas a los cuerpos magmáticos. Su área de influencia es reducida, si lo comparamos con el metamorfismo regional, y dependerá de la magnitud del material fundido y de la temperatura de la roca adyacente.

Aquí tienen particular influencia los fluidos que pueda ceder el magma y también se debe considerar que el grado de metamorfismo disminuye desde la zona de contacto hacia afuera.

Como ejemplos de metamorfitas de contacto podemos citar a los hornfels y skarns.

Metamorfismo dinámico

Se lo ubica en zona de movimientos tectónicos, como pueden ser las regiones de intenso plegamiento o áreas de fallas.

El control principal es la presión stress y los ejemplos más comunes son las milonitas y cataclasitas.

Metamorfismo regional

Es el que se desarrolla en grandes áreas de cientos o miles de kilómetros cuadrados y sus controles son la presión litostática y la temperatura por gradiente.

Como ejemplos de rocas resultantes del metamorfismo regional podemos citar a los gneis y a las migmatitas.

Geólogo Ricardo Timón